A los entrenadores más valorados se les cualifica habitualmente por su capacidad estratégica, sus dotes de motivación, la persuasión en sus decisiones tácticas y a algunos, muy pocos, como Unai Emery, por una sabia visión panorámica del fútbol. Sus análisis detallistas le han servido siempre al técnico de Hondarribia para motivar y exprimir las cualidades de los futbolistas y sacarles su mejor rendimiento. Ya lo demostró en el Valencia o en el Sevilla, y también lo está haciendo en su segunda etapa inglesa, en Birmingham, con el sorprendente y relanzado Aston Villa, el ‘tapado’ de los cuartos de final de la Champions.
Hay esta noche, en el envoltorio de la eliminatoria con el PSG, un componente emocional que motiva aún más a Emery, aquella derrota dolorosa (6-1) que sufrió, entonces como entrenador de los parisinos, ante el Barça de Luis Enrique, en los octavos de final de la Champions, tras ganar la ida por 4-0. Antes de saltar esta noche al Parc des Princes de París, Emery puede lucir ahora, con orgullo, su labor en Birmingham, con una plantilla revalorizada con sus fichajes de invierno. En ella se exhiben tres delanteros estancados, casi despreciados por sus anteriores clubs, Rashford, Asensio y Malen, a los que ha recuperado para el primer nivel con un muy buen rendimiento. Ellos son parte de la explicación de por qué los ‘villans’ han elevado su poder competitivo y son ahora más peligrosos. Es el único equipo inglés aún vivo en tres competiciones.
Emery estaba muy convencido de las cualidades de Marcus Rashford cuando fue descartado y apartado del equipo tras la llegada de Rúben Amorim al Manchester United. Donde un entrenador –el portugués– solo vio problemas, el técnico del Villa detectó a una estrella necesitada de más estima y valoración, a un delantero diferencial. El técnico vasco ha explicado esa obsesión: “Creo que Rashford tiene un potencial enorme que hay que explotar. Hay que aprovecharlo y ayudarle a recuperar su rendimiento. Mi reto con él es enorme. Su reto con nosotros, emocionante”. En poco tiempo, el inglés de la cantera del United se ha reencontrado en el ambiente de Villa Park. Marca goles y ya se divierte como antes, pero lo mismo está sucediendo con el español Asensio, olvidado por Luis Enrique en el PSG, o el holandés Malen, suplente en el Dortmund. Ya suma el Villa con ellos siete victorias consecutivas.
En el campo de entrenamiento de Bodymoor Heath suelen verse las claves de por qué los jugadores mejoran con Emery. No pasan desapercibidas para el observador las minuciosas repeticiones de movimientos tácticos y trabajo individual, complementado luego con vídeos. Ha sido el caso del goleador Ollie Watkins, con quien ha trabajado duramente para generar los espacios y mejorar su eficacia, o como con el capitán John McGuinn o el belga Youri Tielemans, los dos pilares de la ‘structure’ (‘estructura’) de su equipo en el campo, la palabra más repetida por Emery. Lo mismo está haciendo ahora con Rashford o Asensio. O con el inglés Morgan Rogers, ya internacional y uno de sus referentes, por su potencia, en el ataque de los ‘villans’.
El regreso de Emery a París esta noche tiene algo de aires de desquite y de seria amenaza, con su emergente Aston Villa, que no se presenta como víctima. Muy poliédrico en las tácticas, el vasco suele aprovechar muy bien todos los recursos de su plantilla en la parte final de las temporadas. Es su momento. Llegados hasta aquí, el favorito PSG no debería subestimarles.