Después de cuatro años, Johnny Depp (57 años) y la actriz Amber Heard (34) han vuelto a verse las caras en los tribunales de Londres. La pareja que vivió un divorcio de lo más tenso ahora acuden al juzgado tras el juicio por difamación contra el periódico ‘The Sun’, al que el actor demandó por un artículo en el que asegura que pegaba a su ex pareja.
Para incendiar aún más todo este asunto, el intérprete ha confesado un episodio de lo más repugnante. Johnny Depp ha acusado a Amber Heard, de haber defecado en la cama cuando vivían juntos. Una acusación que la actriz ha negado rotundamente alegando que no fue ella, sino su perro Boo.
Fue en abril de 2016 cuando Amber Heard celebraba su 30 cumpleaños con una fiesta a la que asistieron amigos y familiares. Todos, menos Johnny Depp, que apareció después de dos horas. Según ha informado ‘The Mirror’, esto provocó un revuelo que acabó con las sábanas del actor llenas de heces en un acto de «venganza».
Amber Heard niega tal acusación
La versión de ella es muy diferente. Amber Heard apunta a su perro Boo, un Yorkshire Terrier con «serios problemas intestinales». Según ella, no había motivos para ser «tan irrespetuosa» y que simplemente se trata de un «asunto de perros». Todo esto a pesar de que Johnny Depp se mantiene en que tiene «pruebas sólidas y fotografías que demuestran que los excrementos eran de Amber Heard».
En este asunto también ha entrado la empleada del hogar de la pareja. Después del enfrentamiento con Amber, Johnny abandonó el domicilio. Y fue en el dormitorio donde quedó el regalo que, según la empleada del hogar, «era demasiado grande para ser de un perro».